miércoles, 21 de diciembre de 2011

Racimo.

Sobre los hombros del viento cargué mi consuelo
Y me eché a volar con él, sin mas

En mis párpados han quedado oxidadas todas las noches de olvido
Interminables, agónicas, inmutables horas, minutos, segundos...

En mis manos vacías de ti, posé un racimo de mi alma y comenzó a brotar...
¿Oh, cuan entero he quedado? 

Digo, lo suficiente para estar sobre mis pies redactando estas líneas
Pienso, lo necesario para seguir creyendo en el amor...

Exagero, lo sé, lo justo e indispensable para sentir que estoy vivo. 

martes, 6 de diciembre de 2011

La Respuesta.


Podrá el mar llenar tu alma?
Es tan inmenso y tu tan frágil, tu tan niña
Podrán las olas darte calma? Calma amor
Eres agua en la meseta,  la luna abraza tus pies pequeños

Pregunto; ¿Podrán los hombres, esos hombres…
…los que besas, saber como el que amas?
¿Podrán amarte como el que tú amas?
Respóndeme, antes que mis manos sean polvo

Si la respuesta es Sí
Me quitaré los ojos, como Edipo
Si la respuesta es No
Estaré allí, viendo los tuyos, que son color miel

Entonces; si la respuesta es Sí
Emprenderé viaje sin rumbo, como Odiseo
Si la respuesta es No
Te daré los mejores amaneceres, Reina

Digo; si la respuesta es Sí
Estaré solo contra el mundo
Si en cambio es un No, a secas
Jamás volveré a estar solo, jamás

Por eso entiende, que si la respuesta es No, te amaré como nadie
O mas bien, como solo yo se hacerlo.  

lunes, 5 de diciembre de 2011

Vienes.


Vienes con la luz del sol
Entre sus rayos deslizas tu piel y caes sobre mi
Acariciando tímida, joven, mis penas
Esas que sabes disipar, con el sonar de tu voz

Aquí, en el Sur, te asemejas al viento
Estas en todos los sitios, todas las horas
Absolutamente todos los días de mi vida
Acariciando mi oreja, con tus labios de aire

Vienes en silencio, con la luna noctambula
Mientras duermo, duermes conmigo
Mientras pienso, en ti sobre todo, piensas conmigo
Mientras escribo, estas aquí, en mis palabras labradas

En cada lluvia vienes, en cada gota existes
Y me empapas de ti, me baño contigo
Navego en los caminitos que formas
Surcando piedritas, navego en ti, navego contigo 

domingo, 4 de diciembre de 2011

Lima.


...Cuando te fuiste, todo se transformó. Y en cierta forma dejó de existir. A partir de ese instante comencé a considerar un mar sin la tibia brisa que brota los parpados, un amanecer sin trazos, una pintura sin claroscuros. Comencé a darme cuenta que carece de sentido caminar sobre la arena sin estar descalzo, comencé a sentir la negación de las cosas en su totalidad. 

Cuando partiste sin zarpar, se hicieron ausentes todas las miradas, las que aun estoy buscando, entre grietas, entre antiguas arboladas. Todo te llevaste o tal vez nada traje conmigo. (Y me resulta imposible actuar, interactuar). Mientras este escrito se pierde con los segundos, con las pausas, con los murmullos.

Cuando seguiste viviendo, mientras yo moría en todos los sentidos y en todos los rincones del alma; cuando estuve literalmente sin vos, sin mi, porque lo único que quedó fueron mis palabras, era vergonzosamente irreconocible; en ese preciso instante, aterrador instante por cierto, sentí cientos de imágenes, de canciones, aromas, lugares, desplomarse miserablemente como la lentitud de los días desploma las hojas en otoño; socavar mis entrañas como las mareas lo hacen con los acantilados de Lima… 


[Otro escrito de los días de fiebre, Salud] 

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Hasta el Mito.

Para ella, que fue sobre mis labios el amor más ameno, son estas líneas. 
Para ella compre mi alma entera, para ella vivía, completamente suyo mi cuerpo. 
Para ella, que es la tenue brisa; cree las montañas, la tibia arena y las bellas olas del mar. 
Oh! Que no hice por ella. 
Si no hay más que cosas adorables para describir su sonrisa o aromas sutiles para citar su pelo rojizo; sus besos inexplicables prefiero no darlos a conocer, por celos. Y no logro comprender como el inmenso amor desembocó en aquellos valles del dolor y la soledad muda, anhelo llegar minimamente a entenderlo, para tragar este inmutable duelo. 
Para ella, la amada mejor pintada, fueron destinados mis días, mis fuerzas...ausentes hoy, moribundas desde su partida. 
Para ella las inmensidades, las constelaciones. Para ella, que es una inmensidad mas, son estas líneas, carentes de todo sentido.
Las noches perfectas...para ella
Las hermosos amaneceres en verano...para ella
Las lluvias empapadas de amor...para ella
Las palabras mas sinceras, incluso el amor más puro...para ella
Todo lo humanamente posible y hasta el mito...para ella, que ha sido la calma, el sol, las montañas nevadas.
Que ha sido, ayer, anteayer, y hoy no es sino una prosa escrita en pasado. 

[Un viejo escrito, no tan viejo. De unos meses atrás en plena fiebre.]

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ciruela.

Me encanta jugar a ser el viento
Recorrer cada parte tuya, de tu cuerpo de ciruela
Con la luz pequeña del día, con el absurdo frío de la noche
Saberte mía, a pesar de la muerte y la distancia

Amo jugar a sentirme un árbol
Y abrazarte con cada parte de lo que soy
Protegerte de todos y en realidad de nadie
Salvarte de todo y en realidad de nada

Sentirte mía es lo que amo
Besar tus labios de manzana
Verte sonreír, tibia y con olor a fresas, por las mañanas
Pensarte mía, con el pasar de los días, es lo que me encanta 

lunes, 31 de octubre de 2011

Acerca del Abandono [parte 1]

...Quisiera que me cantes, lo que fuese de tu agrado, y me duermas en el umbral de la vida para soñar contigo. Que poses tu mano cálida y suave, sobre mi curtida frente y me veas morir, en silencio. Quisiera que reinventes lo que soy, a tu gusto y placer mujer, con una sola condición; que tu amor sea puro y que jamás me abandones, porque el abandono a mi entender es peor que la muerte. Arbitrariamente afirmo que morir es morir, detener las horas y el correr de las nubes; en cambio el abandono es padecer en vida, es estar muerto aún corriendo las horas, aún contando el pasar de las nubes. Antes que tal suplicio, prefiero detener firmemente mis sentidos, es decir, morir. Declaro convencido, que el abandono es peor que la muerte, aunque hasta el momento solo conozca la agonía del destierro, lo cruel del mismísimo abandono, y no la muerte...

miércoles, 26 de octubre de 2011

Cómplice.

La Mañana Es Cómplice. [Esta frase a rondado por mi cabeza los últimos dos meses y acto seguido he continuado el relato de diversas maneras, que ya para este momento, para esta mañana, tales palabras se han esfumado, como la tibia espuma se desvanece tímida sobre la ola estrecha al partir nuevamente mar adentro].
La mañana es cómplice, y amo comenzar de ésta manera; se me ocurren tantas cosas que temo arruinar el comienzo con un sarta de disparates. Es, en otras palabras, la mejor aliada de mi insomnio, de mi vida noctámbula, de mi yo absurdo y latente. Es la reina, la dama seductora, la culpable. Es la sutil testigo de mis escritos, y aún no comprendo por que espero hasta este momento exacto para escribir. El jovial aire que trasciende los minutos, fresco de por si, me obliga a cubrirme con la manta, que simula ser la arena llena de nostalgia. Mientras las aves piden a gritos o mas bien a cantos que el día comience, mientras la claridad temprana me invade, mientras la mañana observa y mientras rutinariamente (fatalmente) todo pasa, pienso en esta tarde (la que se viene) y en la muerte de las horas, en lo trágico del tiempo, del olvido.
Pienso que le voy a decir a las 16:20 horas, cuando me pregunte: - ¿Psicómo estás?. Pienso, y ésta es la pregunta abrumadora, la pregunta que nos vuelve locos, que nos mantiene latentes: - ¿Duermo ahora y sigo alimentando el insomnio? Retóricamente contesta en silencio. 
Pienso, mientras lentamente me acomodo entre las telas de la cama; y con una leve y mesurada sonrisa, susurro: -...La Mañana es Cómplice... 

martes, 4 de octubre de 2011

A Pablo.

Oh! Pablo, dime ensueños que tus versos no han sido escritos para la misma dama
Dímelo para que me convenza que el amor no es uno solo
Dímelo para armarme de valor y emprender la búsqueda 
Oh! Pablo, dímelo para dejar de morir en silencio

Cada mañana y el suplicio del día efímero
Cada esquina solitaria y cada palabra citada
Todo me recuerda, absurdamente, que ya no la tengo a mi lado
Pero a su vez, que sigue estando en cada parte mía

Si el mundo entero fue testigo de esa vida
¿Cómo negar que padezco su ausencia?
¿Cómo negar que ni en los ríos encuentro la calma...
que ni en las flores, ni en la leve brisa, incluso en el inmenso cielo, encuentro la gracia?

Te suplico, Pablo, a ti que has sido quién me enseñó a amarla, que has sido cómplice
Me brindes los escritos del olvido, las palabras de consuelo
Dime ensueños que el amor está en todas partes
Enséñame la vida sin ella, enséñame ahora, a escribir para otro amor... 

sábado, 1 de octubre de 2011

3:49

Hasta el silencio te recuerda, tal como eras. Si ya no llueve y ni el leve viento corre, todo ha quedado paralizado, perpetuo. Desde Neruda hasta el canto de los pájaros por la mañana, cuando me desvelo, casi siempre, todo me remite a lo mismo. Los recuerdos vienen, me invaden sin previo aviso, se apoderan de lo que soy y me estropean. 
Pregunto, ¿Hasta cuando brillarán con tal intensidad? Y es que todo en mi desea apaciguar esas aguas. Y es que no logro seguir con la vida cotidiana, la que tenía antes. Sin ir mas lejos, existir en este instante es tratar de no ser yo, es decir debo rearmar lo que soy, con todo lo que eso implica. Me cuesta billones. 
Me atrevo a decir, sin miedo al ridículo, que este duelo es más difícil que la vida misma. Es mas crudo que la crudeza misma. Mas cruel que hasta lo que hasta este momento consideraba cruel. Entre idas y venidas, paso los días, estoy destruido. Debo considerarlo parte del todo que sigue un curso, debo reconocer que estoy padeciendo para sentirme vivo. 
Todo el mundo es o se siente ser opinólogo, lo cual esta bien, pero nada es tan fácil como opinar. No puedo hacer nada de lo que hacia antes, leer nada, escuchar nada. La mente no funciona. 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Sobre Los Desatinos.

No logro comprender los desatinos. ¿Será por mi juventud viceral, mi liviandad humana, tal vez mi paz para abordar el amor?. Por ningún medio, logro comprender el quiebre del amor, creo que no existe tal medida en mi. Es decir, aquel instante donde quienes se aman, pero lo hacen porque el universo ha conspirado para que ello suceda; esos individuos, creados y de existencia real, el uno para y absolutamente solo para el otro, se separan. Es atroz. Concibo el amor como una fuente ininterrumpida de deseos, de caricias, de vida. El amor debe ser eso, para un ser, único. Detesto ir amando por la vida, a distintas mujeres, a distintos seres humanos que me conmueven y al tiempo tal vez se esfuman es su propia esencia. ¿Será mi forma de ver el amor errónea? No es mi deseo probar, degustar amoríos hasta envejecer o hasta cierto tiempo, por motivos que nadie puede explicar. Tiene poco sentido o tal vez ninguno. Desde pequeño he amado y aseguro que me han amado, algunas, pero fue en vano. ¿Mi pensamiento será idílico?, sí, es lo más probable, pero prefiero un amor real, un solo amor para siempre, antes que andar probando carne y no establecer vínculos inquebrantables. El amor debería ser inquebrantable, pero no deseo bordear mi existencia probándolo sin sentido por calles solitarias, llenas de luces que prometen y no alumbran. Antes que el sufrimiento de los desatinos prefiero la soledad. Antes que la esperanza de un amor efímero, prefiero la nada. Antes que esta angustia, que todos estos recuerdos que desgarran, prefiero la soledad inmensa e inmutable. Es decir, que en algún sentido, cambiaría todo lo vivido por una soledad sin recuerdos, sin amor alguno. Y es que el olvido y los recuerdos son mis peores enemigos. Y es que si no es un amor eterno, prefiero la nada, inmensa e inmutable. ¿Será anticuado mi pensamiento? ¿Un tanto irreal? Es lo más probable, pero siento pensar que nací para alguien, por más idílico que suene, y me atormenta saber que ese alguien aún no es, sino mas que palabras de mi boca, anhelos de mi alma. 

domingo, 11 de septiembre de 2011

Naufrago.

Fueron durante tanto tiempo tus cabellos...el abrigo mío, que no concibo de esta manera estar vivo, desvariando en calles pobladas, llenas de nada.
Han sido tu manos, y jamás las de nadie, dueñas de quien soy, y he sido yo mismo quien te ha convertido en reina de este camino.
He sido actor protagonista de este desatino, quien ha cavado en el olvido, quien por si mismo marchitado su único limbo.
Pero...¿para que hablar de mi?, Si tu has sido lo que nadie en mi vida, has abierto los mares y excavado el infinito, de mi alma, de mi estero y mi universo.
Cada beso era distinto, en cada uno un suspiro, por cada uno una lágrima...que cruel he sido.
Has inspirado mi existencia, desde tu arribo, has hecho de mi lo que soy, y espero en cada desvelo tu sonrisa, esa que ha caído del cielo...
Naufrago, porque he perdido tu amor barroco, florido y exuberante
Naufrago, porque no tengo ni siquiera el último beso, o el primero en aquel genterío
Lo he perdido todo, por eso Naufrago, por eso espero...

La Incertidumbre.

¿Cuál será tu tiempo Dulce Flor? 
¿Cuál será? Mientras yo me marchito...
¿Valdrá la pena esperar amor mío?
Creo sentir tu corazón, latido tras latido...

He venido a buscar lo que es mío
Tu corazón no es, sino junto al mío
Tu amor no vive, sino es dentro mío
Tu caricias desgarran, si no son del cuerpo mío 

Tu boca, el mar de mi sequía
Tu cuerpo la esperanza, mi anhelo
El cielo tus ojos, completamente míos
Tu pelo, la esencia de mi consuelo...