miércoles, 21 de diciembre de 2011

Racimo.

Sobre los hombros del viento cargué mi consuelo
Y me eché a volar con él, sin mas

En mis párpados han quedado oxidadas todas las noches de olvido
Interminables, agónicas, inmutables horas, minutos, segundos...

En mis manos vacías de ti, posé un racimo de mi alma y comenzó a brotar...
¿Oh, cuan entero he quedado? 

Digo, lo suficiente para estar sobre mis pies redactando estas líneas
Pienso, lo necesario para seguir creyendo en el amor...

Exagero, lo sé, lo justo e indispensable para sentir que estoy vivo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario