Digo:
- Que las noches supieron ser ácidas
Los días ligeramente agrios y mendigos
Que no había adonde ir ni habían excusas disponibles
No había más que cadáveres y vacíos intensos por doquier
Ni las migas del alba, o el alma derretida sobre un papel
Y no hace falta describir mas para concluir de forma adecuada
Sino citar las mañanas enigmáticas, con sabor abismal
Sino hacer copias de las soledades ingobernables que se sucedían...
...cuando me alejaba de ellas
De las manifestaciones del ser, del ser en soledad
Y aún es poca prosa narrativa; son injustas las palabras con el que las concibe
Son envidiosas por no poder ser en sí mismas
Son cruelmente egoístas cuando se ausentan, son celosas cuando se las deja de citar...
Y aún es poco, con amarlas no basta.
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