Sed.

En medio de la parafernalia y el ajetreo constante
Me encuentro con un puñado de sentimientos
Y el alma a fuego lento, arde y exclama
Sobre tu olor, que a nada se parece, que en nadie mas existe

La infinita hilera de arboles, perspectiva y amor
Entre grietas te busco, sabiendo que...
Ni toda el agua calma mi sed, salvo tu
La brisa te nombra, las hojas ríen celosas...

Claro, ni la inmensa lluvia
Definitivamente, ni los mares y océanos
De ninguna manera, los interminables llantos
Nada calma mi sed de ti, salvo tu...

Violácea.

¿De que color te vistes cuando navegas por el rocío de este amor?
Sobre mi alma, junto a la tuya, el agua y las rocas
Provocas en mi los mas fuertes vientos
Mientras trato, en burdos intentos, de explicar lo que en realidad solo se siente

¿De que color tu boca me besa?
¿Cuál es el lenguaje de esos labios?
Tiemblan mientras dicen lo que tus palabras no
Y en la mañana trazan las lineas de los míos, acariciándolos sutilmente

¿De que color aumentan mis ganas de encerrarte en mi?
Día tras día desvaría entre montañas la razón
¿Y por qué razón, justamente, buscar sentido en el amor?
Sentir es la esencia de quien ama, entonces prefiero sentir antes que dormir en la duda

¿De que color te pierdes y yo busco cuan piedra errante?
Arrojado al mundo, existencialista nato de absurdo sabor
Estremeces hasta mi sombra, colapsan todos mis sentidos
¿Es tu piel, acaso, como un nube violácea? De ese color eres.

Te Extraña.

Este sitio, en el que cada día me haces hombre, te extraña
Este par de labios solitarios y en espera, te extrañan
El aire denso y abrumador sin tu presencia, te extraña
Estas manos, enamoradas de tu piel, te extrañan

Este lago que es mi alma, te extraña
El amor te extraña
Estas paredes nulas, testigos de tu belleza, te extrañan
Todo lo que concibo y percibo, te extraña
Y espero, mientras extraño todo lo que eres...
Y te espero.