Para ella, que fue sobre mis labios el amor más ameno, son estas líneas.
Para ella compre mi alma entera, para ella vivía, completamente suyo mi cuerpo.
Para ella, que es la tenue brisa; cree las montañas, la tibia arena y las bellas olas del mar.
Oh! Que no hice por ella.
Si no hay más que cosas adorables para describir su sonrisa o aromas sutiles para citar su pelo rojizo; sus besos inexplicables prefiero no darlos a conocer, por celos. Y no logro comprender como el inmenso amor desembocó en aquellos valles del dolor y la soledad muda, anhelo llegar minimamente a entenderlo, para tragar este inmutable duelo.
Para ella, la amada mejor pintada, fueron destinados mis días, mis fuerzas...ausentes hoy, moribundas desde su partida.
Para ella las inmensidades, las constelaciones. Para ella, que es una inmensidad mas, son estas líneas, carentes de todo sentido.
Las noches perfectas...para ella
Las hermosos amaneceres en verano...para ella
Las lluvias empapadas de amor...para ella
Las palabras mas sinceras, incluso el amor más puro...para ella
Todo lo humanamente posible y hasta el mito...para ella, que ha sido la calma, el sol, las montañas nevadas.
Que ha sido, ayer, anteayer, y hoy no es sino una prosa escrita en pasado.
[Un viejo escrito, no tan viejo. De unos meses atrás en plena fiebre.]